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Proceso de reformas en Cuba
Cuba se encuentra inmersa en un proceso de reforma económica con el objetivo de seguir construyendo el socialismo. La aceptación de empresas de propiedad privada es uno de los elementos que se han adoptado. El profesor García Brigos destaca que no se trata de introducir capitalismo en una sociedad socialista "porque eso solo trae capitalismo, no construye socialismo", sino de relanzar la economía para mantener el socialismo. "Es todo un reto", subraya
Privadas.- "Las empresas privadas tienen que servir a los intereses sociales. Si no se pueden conciliar esos intereses, no se puede funcionar"
El profesor Jesús Pastor García Brigos, del Instituto de Filosofía de La Habana, se encuentra en Euskal Herria dando conferencias de la mano de GITE-IPES, Askapena, Iparra-Hegoa y LAB, sobre los retos que tiene la Revolución cubana y la transformación socioeconómica a la que tiene que hacer frente para seguir construyendo el socialismo. Tras pasar por Iruñea y Donostia, sus próximas citas son en Bilbo. El día 16, en el Aula de la Experiencia de la UPV-EHU; y el 15, en la Casa de Cultura de San Francisco. Ambas son a las 19.30.
- El reto que tiene Cuba es importante. El objetivo es mantener el socialismo, pero para ello hay que introducir elementos de una economía que ideológicamente llamaríamos capitalista, como las empresas de propiedad privada.
- Lo que está claro es que en Cuba mantenemos el socialismo o desaparecemos como nación independiente. La contradicción no es ideológica. Más que una contradicción, es un conflicto real. Si se introduce algo capitalista, con los capitalistas, no se puede producir socialismo. El Che lo decía en «El socialismo y el hombre en Cuba»: No se puede construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo. Eso hay que interpretarlo bien, no es pura palabrería.
Cuando hablamos de que hace falta introducir formas nuevas de organización del proceso de trabajo a los efectos de obtener resultados económicos que nos hacen falta, no podemos trasladarlas mecánicamente. Hay que introducirlas con una fórmula nueva. Ahí está el reto.
Nunca se puede entender eso como traer capitalismo y ponerlo en Cuba. Si traigo capitalismo, nos dará capitalismo. Si traigo sentimientos egoístas, intereses de producir por la obtención de la ganancia, nos dará capitalismo.
- Visto desde una sociedad capitalista, llama la atención cómo se puede conjugar el interés de esas empresas de propiedad privada con la búsqueda del interés común en una sociedad socialista.
- Insisto. No podemos coger una empresa de aquí y llevarla a Cuba. Tenemos que llevarla allá pero decirle que juegue con nuestras reglas. Si no, que coja y se vaya. Ya buscaremos a otra. Si como cubano, quieres poner en marcha una empresa, tienes que aceptar las reglas de juego. Vas a tener derechos y espacios para defender tus intereses. Vamos a discutirlo y a conciliarlo hasta el punto que se puedan poner en marcha sirviendo a los intereses sociales. Si no se pueden conciliar esos intereses sociales, no se puede funcionar.
Nosotros tenemos el poder y el poder es esencial. El papel del Estado, como la sociedad formando Estado, es fundamental. Nosotros somos el Estado, no es algo que domine a la sociedad. Tenemos derechos y responsabilidades. Si algo nos sale mal, tenemos que pagar las consecuencias. Hay que tener en cuenta que las personas que viven en una sociedad socialista vienen de una sociedad capitalista, que produce personas alienadas. No hay nada que promueva que se participe en las decisiones que atañen a toda la sociedad. Para eso está el Estado. Somos parte del Estado porque somos parte de los intereses de la sociedad.
- Esta participación privada solo puede darse en sectores secundarios de la economía. El Estado debe mantener el control de los estratégicos.
- En nuestras leyes y en nuestras Constitución, se fue explícito. Los únicos sectores que no van a estar abiertos a la inversión extranjera van a ser educación, salud y la defensa del país. En todo lo demás, estamos abiertos a la inversión extranjera. Y también a la diversidad de formas de propiedad. Son derechos humanos fundamentales y cuestiones de defensa de la Revolución.
- Hay experiencias en el campo socialista de introducción de elementos capitalistas que han aumentado la desigualdad. Pueden ser los casos de China o Vietnam. ¿Están teniendo en cuenta eso en Cuba?
- La experiencia china se ha analizado en Cuba. Personalmente, no he tenido la posibilidad de conocer tan a fondo como quisiera la experiencia china, porque no vale con leer tres, cuatro, diez o doce libros o 50 artículos. Es una sociedad extremadamente compleja. Los chinos son chinos. Recuerdo que en 2004 estuvo en Cuba el vicepresidente de la Academia de Ciencias Sociales china y dijo que aspiraban a que dentro de 50 años comenzase a mejorar el nivel de vida de su población. Si Fidel Castro se para en la Plaza de la Revolución y dice que que aspiramos a empezar a mejorar las condiciones de la población dentro de 50 años, la gente lo baja a pedradas de la tribuna. Porque Cuba es Cuba y China es China. Por eso no me gusta calificar a China de que ha introducido capitalismo. China está haciendo su camino socialista. Han reiterado que no han renunciado al socialismo. Vietnam, por el estilo, pero distinto. Tienen sus discrepancias. Incluso en el propio Vietnam, donde me he encontrado con compañeros que paradójicamente se han topado en el antiguo Vietnam del Norte científicos más neoliberales que en Vietnam del Sur. ¡Quizás sea porque en Vietnam del Sur conocieron más profundamente el capitalismo!
- La introducción de empresas de propiedad privada hace que los sindicatos cubanos tengan que asumir un nuevo papel en defensa de estos trabajadores.
- Tiene que ser un contrapeso al propietario, con la ventaja -que no tienen en un país capitalista- de que el Estado está con los trabajadores. El sindicato es parte del Estado, por muy negativo que pueda sonar aquí. Toma decisiones. El papel del sindicato es una tarea a resolver en la construcción socialista, porque se han pasado por extremos. En Cuba hubo momentos en los que decíamos que como todos éramos dueños, el sindicato no tenía sentido. Después pasamos a que el sindicato se convirtiera en parte de la Administración y lo que hacía era reclamar a los trabajadores para que produjeran más. Tiene que ser una herramienta para que los trabajadores organizados sean parte del proceso de reproducción social. Eso implica exigir a los trabajadores que trabajen más, pero también exigir condiciones y espacios para los trabajadores. Significa ser dueños. Tenemos que lograr que aunque el dueño de la empresa sea privado, la sociedad, a través de ese colectivo de trabajadores, reciba lo que a la sociedad le interesa de ese privado. El sindicato tiene que estar presente en la toma de decisiones, en el control, en la implementación y en cargar con las responsabilidades. La gente insiste mucho en la toma de decisiones, pero hay que cargar con las consecuencias. Luego no se puede decir "que me proteja el Estado". Hay que ser responsable con las decisiones que se toman.
(Martxelo Díaz, Gara)
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